martes, 30 de noviembre de 2010

NBA: ACTIVIDAD LA VIGILIA DE SPOELSRTRA

Erik Spoelstra
Mike Brown se mantuvo como entrenador de LeBron James durante tres temporadas en Cleveland antes de absorber el tipo de gesto que recibió Spoelstra de parte de LeBron el sábado por la noche.
Buena suerte encontrando (¿algúnos?) signos alentadores o factores que puedan asegurarle el puesto a Spoelstra. Incluso aunque el Bumpgate nunca hubiera existido, dirigir a los Super Amigos en el Miami Heat ya es de por sí incómodo.


La verdad es que Spoelstra realmente no merece estar bajo tanta presión tan pronto -- y quizás Brown demostró que para recibir el apoyo de LeBron se necesita más que poner el hombro -- pero la verdad más grande en la NBA sigue siendo que Spoelstra no podrá esquivarle a la culpa con este equipo.
Ni siquiera el predecible furor sobre el cepillo de Spoelstra con el pasador James en Dallas no está pasando rápidamente.
No con el legendario Pat Riley, no importa cuán fuerte insista que ya no quiere dirigir, en la gerencia y disponible en cuanto el dueño Micky Arison lo demande.
El factor más importante para determinar el éxito de un entrenador es la calidad de sus jugadores. Pero un segundo factor más cercano y menospreciado es la habilidad para lograr que esos jugadores te respeten y te responden. Las tácticas quedan en un distante tercer lugar.
Haya sido el contacto de LeBron intencional o no, gran dilema o sólo una tontería, las actuaciones cada vez más vacías en Miami sugieren que los jugadores no le están respondiendo, escuchando o siquiera les importa lo que Spoelstra está tratando de decir. Algo que obviamente puede ser fatal para un entrenador joven (y todavía aprendiendo) en un asunto tan grande como éste.
Incluso aunque fuentes de la NBA dicen que Riley, a los 65, sigue reacio a regresar y que el Heat no quiere contemplar cambios mayores antes que se termine la Temporada 1 de los Super Amigos, las expresiones de insatisfacción de los jugadores del sábado fueron demasiado fuertes como para ignorarlas. Incluyeron quejas sobre los esquemas ofensivos y defensivos de Spoelstra... con James reconociendo que, si, le gustaría tener algunas situaciones de cortina y desmarque con Dwayne Wade para ambos poder encenderse. Otro gran tema: Spoelstra frecuentemente cita el tema de la pasión y el esfuerzo en los comentarios post-partido, algo que -- por más preciso que sea- ha molestado a los jugadores porque los expone públicamente.
Entonces..
No importa que el sentido común diga que es demasiado pronto para estar hablando de cambio de entrenadores o juzgar demasiado. No importa cuan poco razonable sea seguir esperando 70 victorias de un equipo que comenzó sin tamaño ni armadores y desde entonces ha perdido a dos jugadores importantes en los que invirtió dinero (víctimas de lesiones de largo plazo, Mike Miller y Udonis Haslem) más allá del triunvirato LeBron-Wade-Chris Bosh. No importa que sendas lesiones de LeBron y Wade dejaron a Miami sin tiempo para prepararse en el crucial mes de octubre... o que Wade, como Dan LeBatard detallado tan bien en el Miami Herald del domingo, todavía esté lejos de su mejor forma... o que este sea el mismo Spoelstra que se ganó una incontable cantidad de admiradores en el negocio por sacar 90 victorias en sus primeras dos temporadas como entrenador en jefe a pesar de haber sufrido continuas bajas en busca de conseguir el espacio para traer a James y Bosh.
El Reloj de Spoelstra no se va a detener.
¿A esta altura? Probablemente ni siquiera Riley esté dispuesto a salir a apoyar fuertemente a Spoelstra y decir que son los jugadores que deben levantar el nivel.
La rendición que mostró el Heat ante Dallas -- dejando en claro la confusión y la frustración de un grupo que claramente no está encajando, seguido de una larga reunión entre los jugadores, hace que sea imposible no juzgar. El Heat perdió el derecho a pedir paciencia y razón cuando llevó a cabo ese desfile virtual de campeones en Miami el 9 de julio, para festejar la llegada de Bosh y James y prometer múltiples campeonatos a los fanáticos... pero ahora caminan sonámbulos sobre ese momento.
Confíen en nosotros: frecuentemente el juego pasivo de las estrellas, rara selecciones de tiro y James y Wade reuniéndose con la prensa mientras Bosh se iba del American Airlines Center con su propia seguridad después de la reunión del equipo va a llevarse toda la atención de la prensa.
Allá por octubre, cuando fui tan culpable como ninguno por creer que el Heat tenía demasiado talento como para no asemejarse a Boston de 2007-08, no podía imaginar la única visita de Miami en temporada regular en Dallas jugando tan pobremente. Pero sin alma no es una descripción tan errada. ¿La vibra de la anticipada banda de rock de gira? Un mito.
Jugando su cuarto juego en cinco noches, luego de paradas como visitante ante Oklahoma City y San Antonio que ensangucharon el Día de Acción de Gracias, Dallas legítimamente le dio una paliza a los visitantes de alto calibre, dominando la pintura por 22 puntos (48-26) a pesar de entrar al juego como el único equipo anotando menos en la pintura que el Heat.
Spoelstra definitivamente no puede eludir la responsabilidad. El Heat simplemente debe jugar a un ritmo más rápido para crear más y mejores oportunidades de tiro y muchas personas inteligentes alrededor de la liga se preguntan si el protegido de Riley, quien nunca ha trabajado fuera de la protección de su mentor, realmente está capacitado para abrazar el tipo de estilo de presión que podría ayudar a generar esto.
Como observó el entrenador de los Mavericks, Rick Carlisle, tras el triunfo de Dallas por 106-95: "En el vestidor dejamos claro que teníamos que soltarnos. Demostrarles que jugaríamos encendidos y levantar el ritmo. Sentimos que si empujábamos el balón, no iba a ser necesariamente su juego".
Ouch.
Sin embargo, las heridas más grandes fueron tales que, tras una derrota que se pareció a una Debacle en Dallas, Wade y James se vieron forzados a admitir tras la reunión del equipo que deben entregar mucho más de lo que están dando. Han desperdiciado casi un cuarto de la temporada sin encontrar nada parecido a compatibilidad dentro de la cancha, algo que muchos asumían como dado después del tiempo que pasaron juntos en la selección de Estados Unidos.
"En este momento, somos un equipo con marca de 9-8 y tenemos que hacernos cargo de eso", dijo James, quien luego admitió que el Heat a veces es culpable de sentirse "como que puede tener lapsos" porque "sabemos que somos muy talentosos individualmente".
Dijo Wade: "Nunca le cargaría nada al entrenador -- victoria, derrota o empate -- porque ellos nos dan el plan de juego pero no están en la cancha... ahora es tiempo de hacerse cargo. Este es nuestro equipo, incluso aunque respetemos lo que nuestros entrenadores hacen".
Dichos comentarios, sin embargo, no pueden proveerle demasiado alivio a Spoelstra, especialmente dado que Wade se la paso hacienda comparaciones con el equipo campeón de Miami de la temporada 2005-2006, que empezó la temporada con marca de 10-10 y no arrancó a todo vapor hasta sufrir una derrota por 36 puntos ante los Mavs.
Wade no mencionó esta parte, pero seguramente recordarán que Riley reemplazó a Stan Van Gundy luego de que el equipo cayera en el punto más bajo de esa temporada.
"No me preocupan los cambios", dijo Wade. "No puedo controlarlos. Lo único que puedo controlar es nuestro esfuerzo y la forma en que jugamos".
En la material preocupación, Spoelstra probablemente lo tiene cubierto.

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